miércoles, 30 de octubre de 2024

Excursión 811: Puerto del Reventón desde la Granja de San Ildefonso

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Granja de San Ildefonso 
Final: La Granja de San Ildefonso
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 16,8 Km 
Desnivel [+]: 971 m 
Desnivel [--]: 971 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 26

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Este miércoles, y como ya viene siendo tradición por estas fechas, subimos al Puerto del Reventón para despedir a Rosana que marcha para Mallorca a invernar.

En esta ascensión se supera un desnivel de 970 mts. En años anteriores la subida y bajada se había realizado por la fuente del Infante y otras veces se había pasado por el Puerto de los Neveros, pero en esta ocasión, Rosana quería subir por un sitio diferente, que no alargara demasiado la ruta, y por ello nos decantamos por pasar por el Puerto de Poyales, que si bien ella ya lo conocía de haber bajado por allí hace años, un servidor solo lo recorrió cuando hizo la travesía de la Cuerda de los Carpetanos, pero nunca lo había subido desde el Real Sitio.

Dejamos los coches como es costumbre en una de las calles de la urbanización del Caserío de Urgel, intentando molestar lo menos posible a sus vecinos, aunque a algunos no les gusta que se dejen los coches en la urbanización, como así nos lo hizo saber uno de ellos antes de comenzar la marcha “Que manía tenéis con dejar los coches aquí cuando abajo tenéis un parking grande”…..

Nos sorprende hoy con su presencia Antonio, todavía convaleciente de su operación, pero animado ha hacer algunos metros con el grupo, y aunque lo lleva con paciencia, sabemos que lo echa mucho de menos.

Subimos los primeros metros tranquilamente por la ancha pista de la cañada del Puente de las Merinas que sube hacia el Esquinazo del Palacio, para ir calentando poco a poco, descartando esta vez hacerlo por el empinado sendero que asciende junto a la tapia.

En una de las primeras curvas a derechas, sale un pequeño sendero que en apenas 10 mts nos deja en la primera fuente de la jornada la Fuente Fría, como indica una placa situada cerca de ella. Algunos nos desviamos para fotografiarla.

Seguimos ascendiendo por la pista y un poco mas adelante dejamos a nuestra izquierda la fuente de los Helechos, todavía con agua.

Una vez alcanzado El Esquinazo, giramos a nuestra derecha, abandonando la pista que asciende hacia Poyo Judío por la que luego bajaremos, para pasar por el lateral de una puerta, y dejando a un lado la fuente del Esquinazo, encaminar nuestros pasos hacia el sendero que se dirige a cruzar el arroyo Morete. En este punto nos dejan Antonio y Jose María, que se dan la vuelta para realizar un recorrido mas cómodo por la parte de debajo de los bosques de la Granja.

Hoy hemos pasado de largo la cabaña del Pastor y el rincón del Abuelo con su fuente de la Estrella, ya que las habíamos visitado recientemente en otra de nuestras rutas.

Una vez alcanzado el puente sobre el arroyo Morete y pasado éste, dejamos a siniestra el sendero que sube hacia la fuente del Montañero (que también ascendimos hace unas semanas hacia el corral del Tío Ponce), y un pino con un Cristo en su tronco. Tras algunas dudas iniciales, que si por este sendero, que si por aquel, tomamos la senda de los Carneros, para unos cientos metros más adelante, bajar hacia el arroyo del mismo nombre y pasar por su puente de madera construido con la unión de varios troncos no muy grandes.

Un servidor, que lo pasó primero, lo hizo con más miedo que vergüenza ya que la suela de las botas patinaba sobre el mismo, guardando el equilibrio como se pudo, pero evitando caer al arroyo. ¡!!Que siempre hay alguno dispuesto a inmortalizar el infortunio de algún pobre inocente!!!!

Poco a poco, detrás de mí, fue pasando el resto del grupo bastante más dignamente y sin problemas con ayuda de Ángel y Juan.

Ya al otro lado del arroyo, continuamos en subida por el sendero que va al encuentro del Camino forestal de Majalapeña, a la altura de la fuente del Chotete. Una vez en la pista aprovechamos para reagruparnos de la dispersión ocasionada en el cruce del arroyo.

Continuamos la pista en ligero ascenso, y un poco más adelante justo pasado el puente de Dos Cabañas, que cruza de nuevo el arroyo Morete, aparece el sendero que habíamos dejado anteriormente para cruzar el arroyo por el puente de los Carneros. Por lo tanto, se puede evitar ese paso si no se quiere, pero restamos algo de emoción a la ruta.

Cuando llegamos al vado de Oquendo, ya son algo más de las 12h y aprovechamos el lugar y algunos de sus troncos caídos en el suelo como banco, para realizar la parada del Ángelus.

Una vez repuestas las fuerzas, y sin cruzar el arroyo, continuamos por la pista que por la margen izquierda del arroyo (oficialmente la derecha en sentido descendente del mismo) va ascendiendo poco a poco hacia el chozo del Tío Blas. A partir de aquí comienzan a aparecer multitud de macro lepiotas y otro tipo de setas que hacen las delicias de Ángel y de algún que otro fotógrafo, que no pierden la oportunidad de inmortalizarlas con las cámaras de los móviles.

La pista se torna en sendero todavía muy bien marcado. Cuando llegamos a la altura del desvío del chozo, ya van por delante del grupo cinco compañeros que llevan un ritmo más vivo.

Una vez comprobado que van siguiendo el track correcto, el resto hacemos una parada de reagrupamiento de nuevo para que los que vienen detrás a un ritmo más pausado no se despisten, y continuamos el ascenso.

Unos metros más adelante del desvío al chozo, y prácticamente inapreciable sale a siniestra un sendero que recorre la ladera del Cerro Morete, para pasar por la Mesilla Alta, y llegar por la parte quemada del incendio que arrasó la ladera hace unos años, hasta la pista que desciende de la fuente del Infante. Nosotros obviamos este desvío y continuamos la ascensión en dirección al Puerto de Poyales.

Poco a poco, el pinar va desapareciendo y el sendero que traíamos hasta ahora se va desdibujando entre el matorral bajo. Algunos hitos todavía nos ayudan a orientarnos en la dirección correcta, ya en la parte alta del arroyo de los Carneros, aunque luego desaparecerán por completo.

En esos momentos me vienen a la memoria las palabras de Rosana, “Elije una alternativa que tenga camino. Mira que no quiero ir campo a través”, y yo la tranquilizaba indicándole, “no te preocupes que camino trazado hay según los mapas” ….. Pues mira por dónde, llegando a la parte alta ya no existe sendero alguno, aunque esto no sea impedimento para poder seguir avanzando sin ninguna dificultad.

Llegando a la altura del Hoyo Carnero, cruzamos con cuidado alguna zona de toyas, y pastizal de alta montaña, donde como os comento prácticamente ya no existe sendero. Las vistas hacia atrás son magníficas hasta donde la niebla incrustada en las cumbres nos deja ver, Silla del Rey, Cerro Matabueyes, Cruz de la Gallega, Cabeza Grande y una prácticamente difuminada silueta de la Pinareja.

Esa niebla, en las zonas altas de la sierra, también alcanza por este lado a cubrir parte de la Cuerda de los Carpetanos. En algunos momentos levanta algo, y nos deja ver la cresta de los Claveles a nuestra derecha.

Entramos ya en la parte arrasada por el incendio en los primeros días del mes de agosto del año 2019. De las 380 hectáreas devastadas por las llamas, 153 correspondieron a pino silvestre, 211 hectáreas eran de matorral y 16 de vegetación herbácea.

El incendio, provocado, se inició en la parte alta de la urbanización donde hemos dejado los coches, y favorecido por la pendiente, llegó hasta el Cerro Morete, donde finalmente fue controlado, afortunadamente sin que llegara a entrar hacia la parte alta del valle del Lozoya. Enorme trabajo que realizaron los grupos de extinción durante varios días para poder contenerlo.

Tras el incendio, se procedió de forma inmediata al talado del arbolado afectado, para evitar la aparición y proliferación de plagas. Se extendió en las zonas más expuestas a la erosión, y con la ayuda de helicópteros, paja sobre el suelo para frenar el deterioro de este, y se llevaron a cabo la construcción de fajinas y albarradas para impedir la erosión en regueros y cárcavas.

Muy poco a poco, va a apareciendo algo de vegetación baja en las estribaciones del Cerro Morete, todavía entre los vestigios que quedan del incendio. Una pena verlo así aún.

Volviendo a la ruta, ya hacía un rato que nuestros compañeros de avanzadilla nos habían avisado por los walkies que habían coronado el Puerto de Poyales, donde soplaba algo de viento, y como en esa zona no hay zona de resguardo, les indicamos que continuaran por la cuerda hacia el Puerto del Reventón. Luego por las fotos he visto que, a la altura del Alto de Poyales, se desviaron al sur por un sendero hacia la vertiente del valle de Lozoya, por una zona de pastos y matorral bajo, evitando rodear por arriba el Cerro Morete, y realizando, al final, un pequeño tramo de ascensión hacia el Puerto del Reventón.

En la parte de atrás del grupo, había un compañero que ya llevaba un buen rato subiendo con más dificultad acompañado por Carlos M.. Para no ralentizar el avance del grueso del grupo, decidimos que el grupo principal con Juan a la cabeza prosiguiera ascendiendo hacia el Cerro Morete, y yo me quedara a esperarlos para hacer el último tramo de ascensión con ellos.

Juan, con buen criterio se desvió ligeramente a la izquierda en lugar de ascender directamente hacia el Puerto de Poyales, recortando parte de la cuerda, cosa que muchos seguramente agradecieron ya que soplaba también algo de viento.

Una vez que llegaron a mi altura los compañeros que venían más rezagados, aprovechamos un pequeño cortafuegos para ascender poco a poco directamente hacia la cuerda, mucho más a la derecha que lo han hecho nuestros compañeros, pero aún así dejando el Puerto de Poyales a nuestra derecha. A Fernando L. la subida se le hace eterna, bueno, mejor dicho, ya se le estaba haciendo eterna hacia bastante rato.

Una vez alcanzada la cuerda, avanzamos por la misma en dirección al Cerro Morete.


A la altura del Alto de Poyales, me surge la duda si es mejor rodear el Cerro Morete por arriba como lo han hecho el grueso de nuestros compañeros que acertamos a ver cerca de la cumbre del Cerro Morete, ya bajando en dirección al Puerto del Reventón, o coger el sendero que, bajando unos metros, rodea el cerro por su parte baja y que anteriormente habían cogido nuestros compañeros de avanzadilla. Finalmente nos decantamos por seguir por arriba.

Con paso lento pero firme, alcanzamos el punto más elevado de la ruta, y comenzamos el descenso ya de forma más cómoda hacia el Puerto del Reventón, siguiendo el cortafuegos/sendero que recorre toda la cuerda.

Cuando llegamos al puerto, nos encontramos al resto de nuestros compañeros esperándonos, bien abrigados y al resguardo que proporciona en este punto el muro que hay en el puerto. Ya habían repuesto fuerzas y reagrupado con el grupo de avanzadilla.

Los tres que habíamos llegado los últimos, decidimos iniciar el descenso sin realizar la parada de la comida, para hacerlo con el resto del grupo, no sin que antes Fernando pudiera tomar algún gel y algún chute de glucosa que le proporcionó Juan, nuestro ángel de la guarda.

Aprovechamos que estamos todos agrupados para realizar la foto de grupo y, terminada la misma, de forma inmediata Rosana toma los mandos del grupo y manda levantar el campamento, encabezando el descenso, y dejando el muro de piedra a siniestra, vamos bajando por el sendero que une las poblaciones de La Granja y Rascafría, hacia la zona alta de pastos que hay por encima del Chorro Grande.

Una vez alcanzada la fuente y el chozo del Infante, hacemos una pequeña parada, donde alguno aprovecha para tomar algo y beber agua.

Pasada una puerta, donde se sitúa el mojón que marca el límite del parque Nacional como Puerta del Reventón, continuamos el descenso por la larga pista de bajada, a través de la devastada ladera del Cerro Morete. En esta parte es donde más se aprecia las fajinas y albarradas construidas para evitar la erosión del terreno.

Según vamos bajando por la pista, a ambos lados de ésta, vamos observando los plantones colocados en las primeras fases de actuación llevadas a cabo para recuperar la zona afectada, con encinas, pinos, serbales, cerezos o acebos.

Dejamos a nuestra izquierda Poyo Judío, que desde las labores de restauración llevadas a cabo ahora está vallado con una cerca de alambre, y llegamos a la altura del mirador de Tere, donde en su banco algunos posan y disfrutan de las vistas que desde el mismo se pueden observar.

Salvamos las sucesivas zetas que aparecen a continuación del mirador, y llegados al punto donde el camino se desdobla, por un lado hacia la derecha en rápida bajada hacia las casas de la urbanización donde tenemos los vehículos, el grueso del grupo tomamos la pista que prosigue a la izquierda.

Nuestro objetivo era poder pasar, por un lado junto al árbol que marca el desvío a la fuente de Ana, a la izquierda, y unos metros mas adelante y a diestra bajar unos metros a visitar la fuente y el chozo de la Pava, muy bien ocultado entre la vegetación y la arboleda. Hace falta conocer la ubicación para no pasarlo de largo. Todavía recuerdo que me costó encontrarlo la primera vez que lo visité.

Una vez de vuelta a la pista, y alcanzado de nuevo El Esquinazo del Palacio, ya solo nos restaba bajar por el tramo que ascendimos esta mañana hasta los coches, dando así por terminada esta exigente ruta que califico con un 4,5.
Carlos Revilla

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