domingo, 6 de octubre de 2019

Excursión 491: De Tórtoles a Encinas de Esgueva

FICHA TÉCNICA
Inicio: Tórtoles de Esgueva
Final: Encinas de Esgueva
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 12,5 Km
Desnivel [+]: 122 m
Desnivel [--]: 143 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 26

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Nuestra tercera y última excursión por tierras de la Ribera del Duero comenzó a con una entrañable visita al Monasterio de Santa María la Real de Tórtoles, donde, casualidades de la vida, mi familia había pasado no hace mucho un estupendo fin de semana celebrando el cumpleaños de mi madre.

Establecido en la parte alta del pueblo, junto a las copiosas fuentes que sirvieron para regar sus huertas, de él queda el recinto sin uso religioso, pues las monjas se trasladaron a Aranda no hace muchos años.

Fundado como monasterio de monjas benedictinas, hoy en día es propiedad particular, y en el edificio se ubican una residencia de ancianos y una quesería artesanal. El núcleo del edificio monacal, originario del siglo XII con sucesivas ampliaciones, fue terminado de restaurar en 2008 y albergaba la Posada Rural Monasterio Escondido de Tórtoles, que tuvo que cerrar desgraciadamente este año por falta de rentabilidad.

Precisamente fue su último gestor, Emilio, amigo de Carolina, el que nos lo enseñó en detalle, De su mano recorrimos el interior de la iglesia, capilla de los fundadores y sala capitular situados en torno al precioso claustro, cubierto de rico artesonado, así como las habitaciones habilitadas en los pisos superiores.

Una pena que todo este bello conjunto caiga en el olvido y pueda ser disfrutado.

Después de la visita, bajamos al pueblo en busca del Camino Hondo, que entre huertas y prados nos llevó a cruzar la carretera y el río Esgueva por la Puente Vieja. Enseguida enlazamos con el amplio camino que se dirige a Encinas de Esgueva, nuestro objetivo.

Con amplios prados a ambos lados del camino, cruzamos barbechos, campos de girasoles y de trigo, ya segado, en los que las alpacas se amontonaban a la espera de su traslado a las granjas. Como curiosidad, en los escasos 10 kilómetros de este camino pasamos por tres provincias, Burgos, de donde partimos, Palencia a mitad del recorrido, y Valladolid al final del mismo.

A media mañana paramos en el área recreativa existente a las afueras de Castrillo de Don Juan. El desaparecido castillo, que da nombre a la localidad, se encontraba situado en la cima del cerro que hay sobre el pueblo, en cuya ladera hoy se encuentran las bodegas. Fue construido por Alfonso III en el último tercio del siglo IX, formando parte, junto con otras fortificaciones, de la línea defensiva levantada en los valles del Esgueva y del Arlanza.

Tras reponer fuerzas y hacernos la foto de grupo, continuamos el camino, que durante un corto periodo transita junto al río, para después separarse de él para proseguir paralelo al mismo.

Entre más campos de girasol y de remolacha, amontonada junto al camino, llegamos a Encinas, donde nos esperaba una guía para mostrarnos su castillo.

El castillo actual data de finales del siglo XIV y es diferente de la fortaleza original erigida durante la repoblación de Encinas en el siglo IX.​ Más residencial que marcial, la construcción muestra en sus esquinas los escudos de las familias aristocráticas a las que perteneció: los Zúñiga y los Aguilar.

El edificio está construido en sillería y se comenzó a levantar en 1394.​ De planta cuadrada, tiene torres de igual forma en sus esquinas.​ La fortaleza cuenta con una barbacana rodeada a su vez por un foso.

En el siglo XX, el castillo se utilizó como silo de cereal y perdió así algunos de sus elementos como el puente levadizo, algunas ventanas y dos plantas con columnas del patio de armasLa verdad es que por dentro desdice mucho, pero al menos se ha mantenido en pie, que ya es mucho.

Y para finalizar estos tres días que hemos estado en la tierra de Lucio, nos habían preparado unos suculentos corderitos en Casa Paco, muy bien preparados por su mujer y la inestimable ayuda de Vicky, haciendo que esta excursión se mereciera un 4 sobre 5.

Muchas gracias a Lucio y Carolina por la preparación de estas estupendas jornadas.
Sol González

FOTO REPORTAJES

sábado, 5 de octubre de 2019

Excursión 490: El Moral de la Ermita de Santa Lucía

FICHA TÉCNICA
Inicio: Tórtoles de Esgueva
Final: Tórtoles de Esgueva
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 16,7 Km
Desnivel [+]: 302 m
Desnivel [--]: 302 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 32

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Se trata de la jornada principal de las tres que componen el estupendo fin de semana que nos han organizado Carolina y Lucio, o Lucio y Carolina (tanto monta, monta tanto), en Tórtoles de Esgueva, en la vinícola tierra de Ribera de Duero. Pueblo situado en un valle del río Esgueva, rodeado de cerros que parecen cortados por un mismo plano horizontal, formando parte de la llanura castellana. Pertenece a la provincia de Burgos, si bien esta pegadito al vértice que forman además las provincias de Valladolid y Palencia.

Lo habitual es que nuestras excursiones sean de caminata, con o sin comida al final, y despedida hasta el siguiente miércoles. En esta ocasión, que ni es la primera ni será la última, se trata más bien de unas jornadas de plena convivencia de los 35 sederomagos, o aspirantes, que nos juntamos en esta ocasión, compartiendo no sólo las caminatas, también los desayunos, comidas, cenas, visitas y actividades varias.

Me planteo ¿Cómo hago una descripción de esta jornada? Paco Cantos lo haría mediante una de sus estupendas poesías a las que últimamente nos tiene acostumbrados. Lucio, sería capaz de describir piedra a piedra cada detalle de la misma, como ya ha hecho con la jornada anterior, para eso estamos en su pueblo, que conoce palmo a palmo: Esta es la casa de tal o de cual, esta tierra era de mi abuelo, esta la labra mi sobrino, aquí veníamos de niños a jugar, aquí robábamos melones, aquí plantábamos antes no se que pero ahora no por no se cuantos, etc.

En fin, para los que no estén dispuestos a leer toda la parrafada que va a continuación, trataré de resumir el fin de semana, mediante un puñado de palabras: Uva, vino, queso, agua, sol, campo, cereal, fiesta, bodegas, conventos y castillos, comilonas, estrellas, amistad y convivencia, mucha convivencia, y desde luego gratitud.

UVA: Campos de viñedos de uva negra por todas partes.

VINO: Consecuencia de las vides y del buen hacer de los bodegueros.

QUESO: Estupendo. Recordemos, río Esgueva, con Flor o sin Flor.

AGUA: Un sinfín de fuentes, el embalse, el acuífero, arroyos y claro, el río Esgueva.

SOL: Pues sí, en octubre, pero mucho sol, el justo para ser agradable y no sofocante.

CAMPO: De Castilla, meseta, plana con algún altiplano y páramo.

CEREAL: Por todas, partes, en que las vides se dejaban.

BODEGAS: Que cosa más rara ¿verdad? Estamos en Ribera de Duero y hay bodegas. Como por ejemplo la del BUEN CAMINO en el mismo Tórtoles, con estupendo vino.

CONVENTOS Y CASTILLOS: Casi casi en cada pueblo de la zona.

COMILONAS: Como Dios manda, faltaría más. Comidas, cenas, en un pueblo y en otro. Íbamos a andar, pero al volver a casa la báscula se empeña en ponerlo en duda.

ESTRELLAS: Más de las que imaginamos. La Vía Láctea, constelaciones y estrellas fugaces (las del cielo, no las que se van a mitad de recorrido).

AMISTAD Y CONVIVENCIA: Esto es el GMSMA.

GRATITUD: A Carolina y Lucio, por estas fantásticas jornadas. Y al pueblo de Tórtoles, que tan bien acogieron a esta manada de invasores que durante unos días perturbamos su paz y que nos hicieron sentir como en casa.

Bueno, pues este sería el anunciado breve resumen ‘por palabras’. Ahora empieza ‘el ladrillo’ de la descripción de la excursión del día. Empezaré pidiendo disculpas a Lucio por los más que seguros errores en la descripción del recorrido, de algún nombre o detalle de los lugares por los que pasamos.

Habíamos quedado a las 10 de la mañana en la puerta de la Iglesia, en la plaza del pueblo, donde llegamos desde los puntos donde nos alojábamos, que en nuestro caso era en “Casa Paco”, un hostal-restaurante en el vecino pueblo de Encinas de Esgueva. Muy cerquita de Tórtoles, pero perteneciente a Valladolid.

La primera actividad de la jornada era la visita a la Iglesia. Desde el exterior observamos las dos partes de que consta el edificio, la torre del siglo XII y la propia iglesia, de entre los XV y XVI. Luego la recorrimos por dentro, vimos el retablo, el viejo órgano, la pila bautismal, etc. Lucio nos comentaba sobre su historia y algunas anécdotas. Como un robo que sufrió hace tiempo.

Tras la visita a la Iglesia iniciamos la marcha, que iba a ser por los alrededores del pueblo, hacia el este y en sentido de las agujas del reloj. Los 32 participantes comenzamos ascendiendo a la parte alta: Pasamos nada más empezar por la casa de Lucio, algunas viejas bodegas con sus respiraderos.

Ya a las afueras la Ermita de San Cebrián, que se aposenta en un antiguo cementerio en el que se puede ver a simple vista huesos que sobresalen entre la tierra. Es una de las 12 doce ermitas que al parecer llego a tener Tortoles en su tiempo.

Continuamos el ascenso por un ancho camino rural hasta la zona denominada LOS PÁRAMOS, una llanura desde la que se ven todos los alrededores. A estas alturas, ya nos vamos olvidando del fresquito de la mañana, entre la subidita hasta este punto y el sol, las prendas de abrigo van sobrando. 

En Los Páramos había varias montañas de fardos de paja bien apiladas, que Lucio nos indica que hoy en día tienen un precio por kilo de 11 pesetas (unidad aún utilizada para algunas cosas), y que se encarga de explotar un portugués. Precio cada vez más próximo al del propio grano de cebada, 28 pesetas, y que al parecer lleva estancado desde hace un montón de años.

Continuamos hacia el este, por la parte norte del término, pasamos por EL ENCINAR, en que quedaban pocas encinas ya que esta parte se había “roturado”, quitando ramas y raíces, haciendo la tierra apta para el cultivo del cereal. Se trata de terrenos que el ayuntamiento cede a los agricultores a un precio simbólico a cambio del compromiso de su correcta explotación.

Pasamos también por la zona de LAS HERAS, que tiene unas viejas casetas de adobe, alguna medio derruidas. Casetas que en su época de esplendor se utilizaban, cuando tocaba recoger y aventar el cereal, para protegerse del calor, incluso para pernoctar y así evitar perder tiempo bajando y subiendo al pueblo entre jornada y jornada. En esta zona hay un acuífero subterráneo que proporciona agua al pueblo.

Cuando llevamos unos 4 km nos desviamos hacia nuestra izquierda, al este, entrado en llamado SENDERO DE LA MORERA Y LOS VALLES, hacia el embalse de Tórtoles, del que según el cartelito indicador nos separaban 1,4 km.

La primera parte de este camino es una cuesta pronunciada, rodeada de encinas. Dejamos a la izquierda la vieja cantera del pueblo. En esta zona Kiro, el perro de Carolina y Lucio, encuentra un conejo muerto, que se echa a la boca con cierto disimulo, muy a sabiendas de que algo malo hacía. Seguimos, pasamos por LA PUENTE que no ‘el puente’ ya que es así como lo llaman los lugareños. 

Un poquito más y a nuestra izquierda vemos el embalse, cuyas aguas tenían un bonito color azul turquesa. En la pista de bajada hacia él pasamos junto a unas viejas colmenas. Llegamos hasta la presa del embalse, y lo vamos bordeando por su ladera norte. Al poco, llegamos a una pequeña área de descanso, en el punto más alejado de la presa, con algún árbol y sombra, un par de mesas y una fuente.

Aquí hacemos el ‘ángelus’, comemos algo para reponer fuerzas, como es habitual no falta alguna bota en la que dar un trago de vino. De buena gana alguno nos hubiéramos dado un bañito en esta zona del embalse, pero andábamos un poco apurados para cumplir con el horario previsto, por lo que recogimos los trastos y proseguimos la marcha.

En un codo del embalse, un poco mas adelante, abandonamos el camino que lo rodea, nos desviamos a nuestra izquierda, más hacia el este y alejándonos más del pueblo. Pasamos por una zona conocida como el LLANO DEL HERRERO. Entramos en unas tierras labradas, pero cubiertas de piedras pequeñas, de entre 5 y 10 cm de diámetro, cuya misión es proteger del sol al cereal y conservar mejor el agua, favoreciendo así su desarrollo. 

Seguimos, y pasamos por una zona de girasoles, que parecen secos y estropeados, pero que es así como se recogen para su mejor aprovechamiento. La llanura nos permite ver muy al fondo las sierras de La Demanda y la vertiente segoviana de la de Guadarrama.

Continuamos girando en el sentido de las agujas del reloj y acercándonos al río Esgueva por el este de Tórtoles. Entramos en zona de viñedos, muchos viñedos, de la mayoría de los cuales su fruto acaba de ser recolectado, estamos en su época. Aprovechamos para “tomar prestado” algún resto de racimo que ha quedado olvidado. Se trata de una uva negra de sabor dulce y exquisito.

Por fin llegamos al punto que da nombre a la excursión, y al camino que habíamos cogido antes del pantano, una gigantesca morera o MORAL, como le llaman aquí, bajo cuyos múltiples brazos y densos ramajes nos resguardamos del sol, y que está junto a la ERMITA DE SANTA LUCIA.

Tras una breve parada y un puñado de fotos continuamos el camino hasta un pueblecito llamado Villovela de Esgueva, que hoy en día es una pedanía de Tórtoles. Le cruzamos y seguimos por una pista recta hacia Tórtoles, por el sur y rodeado de viñedos. Al poco Lucio nos señala un viejo caserón medio derruido, a la derecha y junto al río, se trata de la primera central hidroeléctrica de la zona y que en su momento permitiría alumbrar las primeras bombillas del pueblo.

Estamos llegando al final de la ruta. Junto al camino vemos como un tractor descarga la uva de su pala sobre un remolque ya bastante lleno. Pasamos por la zona llamada CAÑO PITO, que además tiene girasoles, y nos desviamos a nuestra derecha, para entrar en el pueblo por el sur, cruzando la Puente Nueva del río por un sombreado camino con fresnos, llamado de las Pozas.

Y en Tórtoles entramos por una calle con construcciones de adobe, entre las que tenemos unas bonitas vistas de la torre del siglo XII. En las calles nos cruzamos con una banda local que las recorría con su alegre música, ya que se celebraba la Virgen del Rosario. Pasamos junto a los respiraderos de viejas bodegas, que llaman ‘zarceras’. 

Llegamos a la plaza de la Iglesia, punto en que habíamos comenzado, finalizando una ruta de unos 16 km, a la hora perfecta, donde todo está preparado para comer la fenomenal paella que estaban preparando.

Y Tórtoles nos demuestra de nuevo su gran hospitalidad: Ensaladas de excelente tomate, paella y más paella, vino y más vino, y postres, café, pastas, chupitos, etc etc.

En fin, hasta aquí estaría narrada la excursión del día. Sin embargo aún nos queda mucha jornada. Tras la comida y su sobremesa, nuestros anfitriones nos llevarían a visitar la bodega de VALSOTILLO, en Sotillo de la Ribera. Se trata de una bodega antigua, pero en todo su esplendor, cuyos pasillos abarrotados de toneles recorremos, y que culminamos con una cata: vino y más vino. 

Y seguimos, nos queda la cena, en Cevico Navero, muy cerquita pero en la provincia de Palencia. Pese a la comilona aún tuvimos hueco para más. Cenamos a base de costillas de cordero en un bonito restaurante excavado en la ladera, en lo alto del pueblo.

Pero aún no había acabado el día, nos volvemos a Tórtoles, a Los Páramos. El cielo esta despejado, la contaminación lumínica es casi nula, y vemos las estrellas, infinitas estrellas: La Vía Láctea, constelaciones varias, e incluso un montón de estrellas fugaces que parecen querernos desear felices sueños y hasta mañana. Y ahora sí: Fin de la jornada.

Bueno, pues, esto es todo ¡Casi nada! Fenomenal y completísima jornada que tenemos que agradecer a Carolina y Lucio, y también al pueblo de Tórtoles, que tan bien nos han acogido, haciéndonos sentir como en casa.

¿Sicarias? Bueno, como el máximo es 5, pues eso, 5 sicarias, y si me lo permitís 5 y media.
Jorge Montero

viernes, 4 de octubre de 2019

Excursión 489: Las fuentes de Tórtoles de Esgueva

FICHA TÉCNICA
Inicio: Tórtoles de Esgueva
Final: Tórtoles de Esgueva
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 10 Km
Desnivel [+]: 184 m
Desnivel [--]: 184 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 30

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc


RESUMEN
Con puntualidad española (“cada uno llega cuando puede”), nos acercamos los senderomagos, a la villa de Tórtoles de Esgueva, en la provincia de Burgos, comarca de Ribera del Duero. 

A las 5,30 de la tarde, tal como estaba planeado, iniciamos la marcha. Empezamos subiendo por la calle del Cementerio en dirección al convento de Santa María la Real. A mitad de la calle, a la derecha, nos encontramos el arroyo formado por la fuente de las Palomas, aquí giramos hacia el camino de subida al convento.

A nuestra derecha, dejamos la tobera de donde se sacaba la tierra para acondicionar las calles de la Villa y, a nuestra izquierda, la presa donde se almacenaba el agua que hacían funcionar los dos batanes que bataneaban las mantas que se tejían en los telares. Subiendo por la calle a la derecha, nos encontramos con el molino medieval, propiedad del convento, hoy día en lamentable abandono.

Llegamos a la entrada original del convento. Portada renacentista del siglo XVI, en la que figuran dos escudos heráldicos de los fundadores.

Seguidamente, a la derecha, encontramos la presa principal del arroyo de Hornos. Su cometido era almacenar el agua para el molino y llenar la segunda presa para el bataneo. Y por fin alcanzamos el área recreativa donde se encuentra la fuente Los Caños.

Tres manantiales son los que se confluyen en este lugar. Uno suministra el agua al pueblo, los otros dos van al arroyo Hornos y al embalse. Uno de ellos tiene cuatro caños, para disfrute de la gente que se acerque a esta zona recreativa.

A continuación, enfilamos en busca de la calle de la Canal, que nos llevó a la Fuente Val. Esta fuente es un corte en la ladera, de la que surgen siete u ocho caños por los que sale el agua. En esta fuente hicimos un alto para merendar, y degustamos pan y vino de Tórtoles.

Seguimos por la senda de Prado Val, atravesando un campo de alfalfa recién cortada, hasta llegar a la fuente del Ruyón, hoy día con su agua encauzada para llenar el embalse.

Nos acercamos a ver la fuente del Félix, legado de un tío mío ya fallecido, y luego cruzamos la carretera para coger el camino de la Puente Vieja.

Allí en el término de la Vega-Alvao, entre las viñas, nos hicimos la foto de grupo. Seguimos el camino en dirección a la Puente Nueva, dejando a la derecha el antiguo camino de Roa y las vides denominadas La Cuesta Roa.

Cruzando el puente, tomamos la calle de las Pozas, que nos conducen al pueblo. Entramos por la Puerta Nueva de la antigua muralla, y siguiendo la calle del mismo nombre llegamos al palacio donde dicen los historiadores que se encontraron Doña Juana la Loca y su padre Fernando el Católico, y fue en este lugar donde le hizo regente de Castilla a primeros de septiembre de 1507. 

Llegamos a la plaza Mayor, y decidimos algunos que queríamos ver la puesta de sol desde el páramo, para lo cual salimos como un cohete, porque se nos iba hacer de noche.

Subiendo por el cerral de la ermita de San Cebrián, llegamos a la Hontarrona, y desde allí, vimos lo poco que quedaba de la puesta de sol. Anduvimos por el páramo y bajamos por el cerral del convento, y ya oscureciendo nos reunimos con el resto del grupo junto a la Iglesia de San Esteban.

Para terminar con buen sabor de boca (nunca mejor dicho), nos fuimos todos a cenar al Bar Becho, en el cercano pueblo de Anguix, lo que también ayudó a que esta excursión se merezca la máxima nota, un 5.
Lucio Hebrero

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de Francisco Nieto

FOTOS
Fotos de Jorge Isidro Sánchez

miércoles, 2 de octubre de 2019

Excursión 488: Caballos por la Granja y Valsaín

FICHA TÉCNICA
Inicio: San Ildefonso
Final: San Ildefonso
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 14,5 Km
Desnivel [+]: 174 m
Desnivel [--]: 174 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 49

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
RESUMEN
El departamento de I+D+I del GMSMA, en esta ocasión compuesto por Raquel, Ricardo y Antonio, ha dado otra vuelta de tuerca en la manera de hacer las excursiones del Grupo.

En esta ocasión, como novedad, hemos paseado por las Pesquerías Reales, parte a pie y parte a caballo (la mayoría de los participantes) desde la Granja al puente de Navalacarreta, si estoy en lo cierto es la primera vez que se hace ruta equestre. Como fin de ruta y para recuperar fuerzas y masa corporal, “corderada” en casa de Ricardo (esto no es novedad). Gracias a los tres por la idea y la organización del evento

La descripción de ruta es un poco más difícil pues realmente son dos que coinciden en bastantes puntos.

Caballos y caballeros, junto con los que vamos a pie, partimos de la Yeguada que está junto a la gasolinera situada en la carretera de Segovia a la salida de la Granja. En dirección Sur, nada más cruzar la carretera pasamos junto al Campo de Polo (parece que con escaso uso), en unos pasos cruzamos el Arroyo del Rastrillo y a unos 150 metros los que vamos a pie continuamos por la senda, en busca del Eresma, y los que van a caballo toman un desvío, a su izquierda que les mantendrá en el margen derecho del mencionado río.

Tras cruzar el Eresma por una rocas que hacen de puente, los que vamos a pie continuaremos por las pesquerías, pegados al río durante 1.700 metros, caballos y caballeros seguirán por la senda que poco a poco se separa del río acercándose a la carretera que viene del Puerto de Navacerrada, durante un tramo, junto a un ramal del río que da energía a una central hidroeléctrica aguas abajo.

Justamente, en el pequeño embalse del Salto del Olvido, es donde se separa del río el ramal citado y donde el grupo de a pie, tras cruzar el río por la presa del embalse, llega a la senda por donde hemos visto pasar hace un ratito, desde el otro lado, al grupo de caballistas.

A partir de este momento, por la ribera derecha seguimos todos juntos hasta que se produjo el primer relevo de jinetes, poco antes de entrar en el poblado de Valsaín. Aquí, tras el relevo y el tentempié del ángelus, los que vamos a pie atravesamos el pueblo y los que van a caballo lo rodean por el Oeste. 

Terminado el caserío fuimos todos por el margen derecho, junto al Eresma, hasta llegar al punto más alejado del inicio de la ruta, el Puente de Navalacarreta. Antes pasamos por el acueducto junto al Arroyo de Peñalara, la fuente de Maximino y Los Asientos (junto al arroyo del Miedo). Justo antes de llegar a Los Asientos se produce el segundo relevo de jinetes y se hace la foto de grupo, estos volvieron exactamente por donde habían venido.

El resto, continuaremos hacia el sur unos 1.300 m. y, al llegar al puente de Navalacarreta, cruzamos el río y, por el margen izquierdo, retornamos hacia nuestro punto de salida, en principio por camino no pisado y, tras volver a cruzar el río poco antes del Arroyo de Peñalara, volvímos exactamente por nuestros pasos hasta el punto de salida en la Yeguada la Granja.

Desde allí, fuimos en los coches para llegar a casa de Ricardo donde nos esperaban cervezas heladas (los refrescos no los menciono) tinto del bueno (Ricardo, recuerda, Pepa es de blanco fresquito, y si es verdejo, mejor), aperitivos a gogo (¡¡menuda empanada de atún!!), luego un lechazo estupendo, y algún cochinillo, estupenda tarta, café y copitas –que más se puede pedir-.

Que no se me olvide, también hubo fiesta y baile (mini baile para ser exactos) amenizado con la música del conocido discjockey MarcosPoz (jotas a gogó).

Resumiendo, estupendo paseo (a pie y/o caballo) en un espléndido día con una fabulosa comida y fiesta donde nos lo pasamos bomba, por lo que esta excursión se merece de sobra un 4 sobre 5. Mi agradecimiento nuevamente a los componentes de I+D+I del grupo (rey de la barbacoa incluido). 
José Luis Molero