viernes, 23 de junio de 2023

Excursión 713: Vértice del Anayet por la Canal Roya

FICHA TÉCNICA
Inicio: Hotel Santa Cristina. Canfranc 
Final:Hotel Santa Cristina. Canfranc
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 20,1 Km 
Desnivel [+]: 1.463 m 
Desnivel [--]: 1.463 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 14

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Como se ha comentado en crónicas anteriores Juan diseño un magnifico viaje al Pirineo aragonés. Incluía una peculiar propuesta, hacer un vivac (dormir al aire libre) en las proximidades de los Ibones de Anayet. ¡Que ilusión!. Para algunos significaba volver a revivir experiencias y para otros afrontar su primera vez.

Había que preparar la equipación. Juan nos pasó una extensa lista de material que aconsejaba llevar. Pero claro, todo pesa y había que contar que tendríamos que cargar con esta carga durante dos días. Llegaron las dudas. ¿Será suficiente mi saco?¿Y colchoneta? ¿Qué ropa?....

En cuanto a la comida dependería de los hábitos de cada uno, había gustos para todo: fideos chinos, fabada, o sobres de cereales con legumbres. Y había que añadir la comida habitual para las rutas diarias.

El vivac coincidiría con la noche de San Juan. Llevaríamos velas y unas “ramitas de madera” para hacer una mini fogata y seguir la tradición de arrojar al fuego los malos recuerdos y recibir “lo bueno”.

Desde el primer momento Fernando y yo nos ofrecimos voluntarios para narrar nuestras vivencias durante estas dos jornadas. Yo me encargaría de la primer día y del anochecer, y él del amanecer y del segundo día.

Los dos días previos no paró de llover, sobre todo ayer, por Astún, que fue durante casi todo el día. No hacíamos nada más que mirar las previsiones meteorológicas, pero no eran fiables, hasta ese momento no estaban acertando.

La tierra y los campos estaban empapados. Se tomó una decisión unánime, había que suspender el vivac. Era lo más prudente. Qué tristeza.

Pero según el refrán no hay mal que por bien no venga, como luego vimos, al tener unas agradables recompensas que minimizaron este contratiempo. Quedaba mucho para terminar esta aventura.

Amaneció un día soleado, con buena temperatura. Salimos caminando desde el mismo hotel San Cristina, donde nos alojamos, situado por encima de Canfranc Estación. Un poco mas adelante hay una zona de aparcamiento desde donde habitualmente se comienza la ruta clásica.

Cruzamos un primer puente sobre el río Aragón, pasamos junto a un refugio, poco cuidado, y por unas instalaciones de un campamento de verano. Y después por la fuente del Cerezo, que en realidad es un deposito de cemento con salida de agua por arriba.

El agua caída los días anteriores se acumulaba en forma de charcos en el camino, imposible absorber tanta agua.

Vamos caminando por la Cañada Real de Aisa o de la Canal Roya protegidos por una zona boscosa.

Llegamos a un puente sobre el rio de la Canal Roya. Y empieza un maravilloso espectáculo, el rio baja con fuerza, contrasta con las orillas verdes salpicadas de múltiples colores de la rica floración.

La primera parte trascurriría por Canal Roya. En lengua aragonesa, Canal es un valle glaciar y Roya es rojo.

Es un espacio emblemático del Pirineo aragonés, con un elevado valor geológico, paisajístico, biológico, cultural. Y uno de los últimos rincones salvajes entre el Valle del Aragón y Valle de Tena, en las comarcas de Jacetania y Alto Gállego.

Recientemente se había hablado mucho de un proyecto para unir las estaciones de esquí entre las de Astún y Formigal. Construirían una carretera, anclarían 37 pilonas de grandes dimensiones, levantarían dos estaciones intermedias y al menos otra en el valle. Se realizarían grandes movimientos de tierras y voladuras en el fondo del valle (La Rinconada). Además en Astún, próximo al cauce del rio Aragón, se construirían 800 apartamentos y casi 200 plazas hoteleras.

Pero el cambio climático esta provocando un aumento de las temperaturas y una disminución de las precipitaciones de nieve, y hace cada vez es más dudoso el futuro de estas instalaciones de esquí.

Este proyecto ha desatado las criticas de una parte de la población, de organizaciones sociales, de grupos ecologistas y de parte del gobierno de Aragón. Recientemente esta lucha ha conseguido frenar este desastroso plan. Ojalá quede definitivamente enterrado, y una forma de proteger esta zona seria declararla Parque NacionalEste manifiesto del ilustre geógrafo Eduardo Martínez de Pisón es muy ilustrativo de esta situación 

Caminando por esos parajes, uno se estremece al pensar que pudiese desaparecer. Vamos remontando el valle por la margen izquierda, siguiendo el curso del rio, en su descenso se van sucediendo pequeños saltos de agua.

Tenemos que cruzar varios arroyos, cada uno como pudimos, por las piedras, otros estrenan sus escarpines, algunos reciben un buen remojón.

El valle se va abriendo. Si nos damos la vuelta podemos observar los paredones de la cara norte del Aspe, Pico Lecherin y el Tortiellas.

Llegamos al Refugio de Lacuart o de Canal de Roya, una pena porque no esta en buenas condiciones. El tejado es muy curioso, esta invadido por vegetación, parece que hubiesen sembrado una alfombra verde. Pasado el refugio cruzamos el torrente del Barranco de las Negras, baja bastante agua, este sí que hay que cruzarlo con mucho cuidado. En este lugar hay un cartel que indica la subida al Pico del Anayet (4h 15’) y al Vértice del Anayet (4h).

A ritmo tranquilo vamos remontando la suave pendiente hasta llegar a la Rinconada, final del valle. En esta planicie había un montón de vacas que se estaban dando un verdadero festín. También nosotros nos tomamos un pequeño tentempié.

En este punto del valle vemos el tremendo paredón que tenemos que subir, parece inaccesible.

Pero hay una senda zigzagueante, muy bien trazada, fácil de seguir y sin ningún peligro en verano que poco a poco hace que vayamos tomando altura.

Estas zetas se van interrumpiendo por arroyos con bastante agua. Comenzamos a ver el color fucsia de los rododendros, el azul añil de las gencianas, el amarillo del botón de oro y de la caléndula, y el blanco de múltiples florecitas.

Nos encontramos con varios grupos de senderistas que estaban haciendo el camino inverso al nuestro, entre ellos uno muy numeroso de Oviedo con los que intercambiamos algunos comentarios.

Según vamos subiendo a nuestra derecha vemos el desafiante pico del Anayet, que parecía inexpugnable.

Ya casi llegando al collado contemplamos a la izquierda el Pico Espelunciecha, el Arroyeras, el Culivillas y mas atrás destaca el Midi d'Ossau y a la derecha el Anayet.

Vamos en busca de los ibones del Anayet. Llegamos al inferior y se decide tomar un descanso. Unos son valientes y no tardan en bañarse, otros relajarse y otros tomarse algún refrigerio.

Qué lugar más bonito, las aguas reflejan las montañas que nos rodean.

Hay un contraste increíble de colores predomina el rojo del vértice del Anayet, con el verde de la vegetación, el azul de las calmas aguas de los ibones y el blanco de algunos neveros.

El color rojo de estas montañas se debe a que en su composición hay un alto contenido en hierro. Casi todo el macizo de Anayet se considera restos de una antigua caldera volcánica.

A estos ibones también se puede acceder desde la estación de esquí de Formigal (Sallent de Gállego), camino que es más habitual que el seguido por nosotros.

Después del descanso reiniciamos la ruta en busca del collado del Anayet (2.414m), que separa el Vértice (2.555m) del Pico Anayet (2.574m).

Bordeamos el ibón grande de Anayet, sencillamente espectacular, daban ganas de quedarse al fallido vivac, dormir aquí con las estrellas como sábana debe ser todo un espectáculo.

Inicialmente la senda es casi plana, hasta que llegamos a la base del collado en que comienza a ganar altura. El calor empieza a notarse.

En el collado nos reagrupamos y preocupados contemplamos la afilada cresta a la que tenemos que subir. Algunos no se lo pueden creer.

Tomamos agua y “para arriba”. Uff parece que esto se pone más serio. Aquí la senda es un poco escarpada, está descompuesta, pero las piedrecitas tienen una buena adherencia.

En algunos momentos es mejor no mirar hacia la derecha, hay una fuerte pendiente, si ruedas para abajo aquí no te para nadie, sin embargo hacia atrás las panorámicas son increíbles.

Para algunos estas palabra serán un poco exageradas, pero para otros no los son en absoluto y andan con mucha precaución y miedo a una posible caída.

En invierno debe ser muy duro subir desde este collado, máxime si se forman placas de hielo, en que ni con camprones se está seguro.

Al final, el esfuerzo y las dificultades personales se ven recompensadas por el maravilloso paisaje, es sublime. Contemplamos extasiados una sucesión majestuosa de montañas. Imposible saber el nombre de todas.

Destacan el Pico Anayet, con el Midi d'Ossau, Arroyetas, creta de Punta Escarra, la Pala de Ip y Moleta, Balaitus, Frondielllas, Infiernos, Lecherines, Aspe, Bisaurin.

En el Vértice o punta del Garmo, como también figura en los mapa, nos hacemos las fotos de rigor. Paco Nieto le impone la estrella blanca a Teresa, mi hermana, que con ésta es su sexta ruta, ya es una senderomaga, con todos sus derechos, fueren éstos los que fueren. 

Como no estaba previsto, la estrella era “una chapa de estrella de Galicia”, un simpático detalle. Le hace muchísima ilusión, se siente muy agradecida por el buen recibimiento en el grupo.

Es un buen sitio para comer, aunque alguno prefiere no hacerlo. Se piensa en la bajada e inquieta un poco.

Se acabó el descanso. Iniciamos la bajada por la loma del cordal hacia Chiniprés. Jorge toma el relevo de guiarnos, deseoso de saber si se puede bajar desde el collado de Porté por una ruta diferente a la habitual. Los colores de las montañas que bajamos siguen siendo rojas, combinadas con manchas verdes, algunos comentan que parecen montañas de Marte.

No hay senda evidente, ni hitos. Vamos bajando sin dificultad y más rápido de lo que pensábamos. Aunque un integrante del grupo desciende un poquito perjudicado, subiendo al vértice se torció un tobillo y a veces veía las estrellas.

Hay pequeñas subidas y bajadas. Descendemos al Collado del Porté y comprobamos que es muy arriesgado bajar por donde Jorge había dicho, toca por tanto continuar y realizar un pequeño ascenso al Porté y Chiniprés.

Desde aquí las vistas del Anayet y su Vértice son sublimes, como puede verse en las fotos que hicimos.

En algunas zonas la loma se suavizada y pasaba por zonas alfombradas de hierba, y hay pequeñas zonas de incipiente floración de edelwais que casi nos pasa inadvertida. Nuestro camino va girando y ahora vemos parte de las montañas del Canal de Izas, majestuosas.

Llegamos a la zona de las Menorias, Paco sube en un santiamén al pico del mismo nombre (1.943m), coronado por una cruz, y el resto descendemos desde el collado en busca de una cabaña.

La bajada es pronunciada, no hay un camino visible. Nos dividimos en 3 pequeños grupos, el lesionado intenta ir buscando la mejor forma de ir salvando el desnivel.

En un arroyo otro integrante al ir a coger agua pierde la mochila, menos mal que puede recuperarla pronto.

Por fin nos reunimos en El Cubilar Menorias, una pequeña cabaña con enseres. Y desde aquí seguimos el sendero de pequeño recorrido PR-3. Vamos bajando por el Canal de Izas.

La vegetación es cada vez más rica, aunque las ortigas pican de lo lindo. Llegamos a una zona boscosa.

La senda va haciendo zetas, en algunas ocasiones el camino se confunde, un integrante sufre una pequeña caída en una pedrera que pudo tener consecuencias negativas. Y otro que no había comido en el vértice sufre una ligera lipotimia; son efectos del calor, de la falta de agua y del cansancio acumulado.

Poco a poco llegamos a una zona más abierta, y desembocamos en el tramo aragonés Somport-Jaca del camino francés de Santiago. Cruzamos el río Aragón. Y desde aquí no nos queda nada para llegar al punto de partida.

Es momento de celebrar el fin de una preciosa ruta, y de haber terminado sin incidentes importantes.

Según Paco esta ruta es la segunda del GMSMA de mayor desnivel positivo y kilometraje en una sola jornada, únicamente superada por la excursión 627.

Me encanta el Pirineo, me encanta Aragón, me encantan los aragoneses, me encanta caminar con mis compañeros senderomagos. 

Muchísimas gracias a todos por hacerme disfrutar de unas jornadas maravillosas por unos parajes increíbles, por compartir vuestras fotografías. Qué haríamos sin Paco para montar todo el trabajazo de recopilar todos los datos para el blog del GMSMA.

Mi agradecimiento a Juan por organizar este magnifico viaje, y sobre todo por la seguridad que comunica y estar pendiente de todos. Espero que le siga quedando ganas para seguir diseñando nuevas experiencias.

¿Qué nota doy a la ruta?. Pues por todo lo dicho anteriormente, no puede ser menos de un 5+.
Flor Valverde

FOTOS

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