sábado, 24 de junio de 2023

Excursión 715: Monasterio de San Adrián de Sásabe

FICHA TÉCNICA
Inicio: Borau. Huesca
Final: Borau. Huesca
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 5 Km 
Desnivel [+]: 174 m 
Desnivel [--]: 174 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 4+10

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Para cuatro del grupo hoy terminaba nuestra aventura pirenaica, tras el desayuno y las despedidas, pusimos rumbo hacia Madrid, pero antes Juan nos sugirió esta cortita ruta para irnos con buen sabor de boca.

El resto se fueron a embriagarse los sentidos con los encantos del ibón de Estanés, que tuve la suerte de conocer hace unos años en esta excursión. Por la tarde vinieron a hacer esta ruta, por lo que podríamos decir que es la primera vez que hacemos una excursión en el mismo día a dos horas diferentes.

Con un día que ya hubiésemos querido durante toda nuestra escapada, nos acercamos al pequeño pueblo de Borau, pertenece a la comarca de la Jacetania, en el Valle del Aragón, entre Villanúa y Jaca.

Tiene un especial encanto rural y auténtico, con una arquitectura pirenaica perfectamente conservada y unas calles cuidadas, totalmente adoquinadas y las casas encaladas o de piedra de tejados de pizarra y losa con sus características chimeneas, al estilo típico pirenaico, que lo convierten en uno de los pueblos mejores conservados de la zona..

Borau tiene categoría de Villa, lo que habla de su importancia en el pasado como núcleo de población y notorio centro agrícola, ganadero y forestal del territorio. Además de su iglesia es del siglo xvi, vigilando desde lo alto de la localidad, posee un tesoro que hoy íbamos a conocer: el Monasterio de San Adrián de Sásabe.

Por la carretera echamos a andar, cruzamos el río Lubierre, afluente del río Aragón y siguiendo un camino asfaltado, en dirección norte, pronto llegamos a las inmediaciones de este bello lugar, cruzamos de nuevo el río, ahora por un puente de madera que nos deja a los pies de su entrada.

Se construyó en el siglo X y en la Alta Edad Media fue uno de los monasterios más importantes. Actualmente solo queda en pie la iglesia y su interior, aunque serio y austero, tiene un encanto especial.

Es de estilo visigótico y se ubica en un rincón de película, junto a los barrancos de Cáncil y Lupán. Se cuentan muchas leyendas y misterios de esta iglesia, como que fue una de las ubicaciones del Santo Grial y por ello la importancia de este lugar en épocas pasadas.

Y es que una tradición local dice que los obispos de Huesca, en su huida de los musulmanes, se ocultaron en San Adrián de Sásave con el Santo Grial, para protegerlo de los invasores.

Después, el santo Cáliz pasaría por Jaca, San Juan de la Peña, la Aljafería, y Barcelona, para acabar en la Catedral de Valencia.

La iglesia formaba parte del antiguo complejo monástico, que fue el más importante del condado de Aragón en el siglo X.

Fue una de las sedes de los obispos de Aragón en su etapa itinerante, en la que no había sede episcopal fija debido a las incursiones sarracenas del emirato y después califato de Córdoba, hasta 1077, cuando los obispos aragoneses se trasladaron definitivamente a Jaca. Aún existe una inscripción en la iglesia que dice: "Aquí descansan tres obispos".

Mientras hacíamos fotos, se acercó en bicicleta un vecino del pueblo, que venía a verificar el nivel del agua que rodea la iglesia, ya que, según nos contó, hace varios siglos una espectacular riada hizo que cambiara el curso del barranco, sepultando el monasterio con piedras, árboles, lodos y barro y desde entonces el agua pasa bajo su estructura.

Era tal cantidad de tierra acumulada, que hasta la única forma de acceder a la iglesia era por una ventana de la parte alta, donde habían colocado una escalera para bajar al suelo, frecuentemente inundado por más de un metro de agua.

Después de estar sepultada durante varios siglos, los vecinos de Borau pidieron que se desenterrara la iglesia y se recondujera el agua, terminándose los trabajos en el año 1961. Fue declarado Monumento Naciomal en 1965.

Tiene una nave rectangular con presbiterio, y un sobrio ábside semicircular con bóveda de cuarto de esfera. 

En el exterior del ábside se abren tres grandes ventanales con arcos de medio punto, y hay un friso de arcos ciegos que descansan en ménsulas con relieves y, en su caso, sobre lesenas. Estos elementos lo relacionan con el románico lombardo.

Tras las fotos de rigor y una parada en las mesas que han colocado en la explanada de la entrada, iniciamos el camino de regreso hasta el coche para continuar nuestro viaje a Madrid, dando así, para nosotros, por finalizada esta nueva aventura pirenaica. Gracias Juan por organizarla y al resto por hacerla tan agradable.

Por lo cortita, a esta ruta que nos supo a poco,  le otorgo una puntuación de 3.
Paco Nieto

P.D.: En recepción del hotel Santa Cristina tienen recogidas 28 rutas por la zona, muy bien descritas, que amablemente me hicieron llegar, las podéis descargar aquí o bien de la página de turismo de Canfranc, desde donde además se pueden descargar los tracks.

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