jueves, 30 de mayo de 2024

Excursión 782: Del Puerto de Navacerrada al embalse del Pontón Alto

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada 
Final: Embalse del Pontón Alto
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 17,9 Km 
Desnivel [+]: 26 m 
Desnivel [--]: 774 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 32

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
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RESUMEN
Como indicaba Antonio en su mensaje de convocatoria, la propuesta era completar un recorrido lineal de 20 km y 700 metros de desnivel negativo.

Al ser una ruta lineal aquellos coches que vinieran 4 o 5 personas en el coche irían directamente al Puerto de Navacerrada y los que íbamos menos en el coche el punto de encuentro sería el parking del embalse del Pontón Alto, con el fin de agruparnos y subir en diferentes coches hasta el Puerto de Navacerrada.

El día desde luego se presentaba muy soleado y con calorcito, de ahí la propuesta de ruta con sombras y agua.

Tengo que añadir que no suelo apuntarme a las excursiones, bien porque la agenda no cuadra o por inclemencias del tiempo, pero cuando me uno al grupo para realizar la ruta siempre me llama la atención el buen ambiente que reina entre en todos los senderistas, un aplauso por todos ellos y que sigue así😎.

Una vez agrupados en el parking del puerto de Navacerrada comenzamos la ruta, pasando por el monumento al montañero construido en el año 1964 y dedicado a la Familia Arias.

El puerto de Navacerrada es una estación de esquí y puerto de montaña a 1.858 metros de altitud que está situado en la sierra de Guadarrama. El puerto separa las provincias de Madrid y Segovia.

La ladera sur (la madrileña) pertenece al municipio de Cercedilla y la norte (la segoviana) a La Granja de San Ildefonso. Este puerto de montaña es el más alto de la sierra de Guadarrama y uno de los más elevados de España.

Comenzamos a caminar desde el aparcamiento, cruzando la carretera y en ligera subida pasando frente a la residencia de Los Cogorros, prosiguiendo por el camino Schimd, a los pocos minutos llegamos a la pista de El Bosque, donde iniciamos una pronunciada bajada por el pinar. Algunos optan por descender directamente por la pista (longitud 800m) porque tiene una bajada menos peliaguda 😊.

Mientras descendíamos pudimos ver los telesillas y su estación de salida, ahora fuera de servicio, pero que en invierno funciona de maravilla.

Al cabo de unos 40 min. aprox. terminamos la bajada pronunciada, hemos descendido unos 350 m, y cruzamos el arroyo del Puerto de la Rinconada (afluente del arroyo del Telégrafo).

Seguimos en una bajada ya suave, estando rodeados de una flora bastante rica, especialmente esta primavera, ya que hay agua por todas partes, y nos acompaña a nuestra izquierda el arroyo del Telégrafo.

Sobre las 12 llegamos a una pista, coincidente con el GR-10.4, pero enseguida volvemos a una senda por medio del pinar.

Cerca del arroyo del Telégrafo paramos a reponer fuerzas y tomar un pequeño piscolabis, y vemos todos que una compañera viene lesionada, aparentemente parece un esguince de tobillo, la mayoría nos acercamos para ver si podemos ayudar y por suerte siempre hay personas en el grupo que van con botiquín y nuestro médico Fernando le venda el tobillo.

Antonio V. y Fran la acompañan hasta el puente de la Cantina, y por suerte había un buen samaritano que les llevó al Puerto de Navacerrada, donde tenían el coche.

Seguimos nuestra ruta entre sombras rodeados de pinos y helechos y sobre la una del mediodía llegamos a la senda de las Pesquerías Reales.

Un camino que se realizó durante el reinado de Carlos III, porque al rey le apasionaba la pesca y así poder subir cómodamente con su caña desde La Granja hasta la cabecera del río, bajo la sombra de los robledos y los pinares de Valsaín.

Una obra por aquel entonces asombrosa, que remató con puentes, represas, saltos y todo cuanto daba de sí la ingeniería hidráulica del siglo XVIII.

Cientos de canteros se emplearon a fondo, entre 1767 y 1769, para lograr alicatar unos nueve kilómetros que partían del embalse del Pontón Alto –antes Puente de Segovia– y llegaban al nacimiento fluvial, allí donde confluyen los arroyos de Minguete y del Telégrafo.

A los pocos minutos pasamos por los famosos Baños de Venus, y de todos los perros que nos acompañan hoy, Twitter, Senda, Kiro, Luna y Jara, solo Twitter se da el bañito. Aunque tengo que añadir que en toda la excursión todos ellos se dieron múltiples baños en todo el recorrido.

Seguimos nuestra ruta por el arroyo del Telégrafo y llegamos al punto donde se une con el del Puerto del Paular, punto donde comienza el río Eresma, que nace en este precioso Valle de Valsaín y desemboca en el Río Adaja (Matapozuelos, Valladolid) y tiene 134 km.

Dejando atrás el reconstruido puente de los Vadillos y algunos arroyos que cruzamos casi sin agua, sobre las dos llegamos al área recreativa de la Boca del Asno, sitio ideal para descansar y comer bajo la sombra porque el calor apretaba bastante.

Terminada la sobremesa, para algunos con café y helados del kiosco que allí se ubica, y bien descansados, seguimos nuestra ruta. Pasamos por un peñasco bastante singular, al que algunos llaman la Cama de la Reina, otros La Barca y en los mapas aparece como El Tobogán Pétreo.

Más abajo, pasamos bajo el Puente de Navalacarreta, construido en piedra, y a los pocos minutos por el área recreativa Los Asientos. De madera es el puente de los Canales, sobre el río Eresma, le sigue el del arroyo de Peñalara y el Acueducto de Valsain.

También nos encontramos con diferentes fuentes, el Cañito de San Pedro, una de ellas, algunos paran a refrescarse ya que conforme avanza la hora el calor aprieta, ¡ozúuu qué caloo!🙃, ya no tenemos sombras.

Al poco llegamos a Valsaín, cruzamos el puente y seguimos por el sendero de los Reales Sitios, junto al Eresma. A lo largo del trayecto, aparecen ciertas coronas grabadas a cincel en la piedra para recordar que este río, truchas incluidas, eran dominio del carismático monarca. 

También nos encontramos a largo de la ruta preciosos caballos, que me imagino que tendrán dueño.

Anhelando zonas más sombrías, por fin alcanzamos la presa y embalse Salto del Olvido, y algunos aprovechan para darse un bañito, qué felices y fresquitos se les ve ……también observamos que están reparando la escala de peces, que asegura la circulación de truchas pese a la presa.

Sin duda, todo lo que sea eliminar o mitigar las barreras artificiales de nuestros ríos redunda en mejorar la continuidad y el estado ecológico de los ríos.

Los no bañistas decidimos continuar la ruta y pasamos junto al puente del Anzolero, año de construcción 1768, también de piedra.

 Aguas abajo, pasamos frente a la Central Hidroeléctrica Salto del Olvido, que se construyó a finales de los años 30 y se rehabilitó y amplió durante la década de los 90.

Al poco, llegamos prácticamente al final de nuestra ruta y vemos a nuestra derecha el embalse del Pontón Alto y al fondo el cerro de la Atalaya y todo el Macizo de Peñalara reflejándose en las tranquilas aguas del embalse, una panorámica impresionante.

A los pocos minutos alcanzamos el parking para agruparnos en los diferentes coches rumbo al Puerto de Navacerrada y de allí cada uno a su casa.

Gracias grupo por este fantástico día, al que generosamente le otorgo un 5.
Toñi Esquinas

miércoles, 22 de mayo de 2024

Excursión 781: Vuelta a la Pedriza por el Elefantito y el Indio

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino. La Pedriza
Final: Canto Cochino. La Pedriza
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 9,4 Km 
Desnivel [+]: 495 m 
Desnivel [--]: 495 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 30

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
En esta ocasión me ha tocado documentar una ruta circular por la Pedriza en un día primaveral y con una temperatura perfecta para ello. No es fácil este encargo, pues este enorme laberinto de piedras con formas inspiradoras, nos confunde y nos hace perder la orientación. En gran parte porque nos dejamos llevar por la imaginación que incita a los senderistas a dar nuevos nombres a las curiosas formaciones de piedra; y a mí a no saber distinguir cuales son reales y cuales son inventados.

Vamos a ello y para no perderme entre las piedras usaré todos los medios a mi alcance ;-)

A las 10:30 nos reunimos en Canto Cochino 28 senderomagos. Iniciamos nuestra andadura bajando hasta cruzar por un puente de madera el río Manzanares y, girando a la derecha, a pocos metros, el puente del arroyo de la Majadilla. Siguiendo la GR-10 iniciamos una exigente subida hasta llegar a 1427 metros, máxima cota alcanzada en la ruta de hoy.

Para hacerla más llevadera la abordamos en dos tramos. El primero nos llevó hasta la Gran Cañada y el mirador del Tranco, donde aprovechamos para hacer un pequeño descanso, muchas fotos y esperar el deseado encuentro con dos senderomagos más: Paco Cantos, quien no pudo resistirse a venir a su amada Pedriza; y su yerno Mario, que lo acompañó por un camino que supuestamente era más sencillo, pero que los obligó a echar manos para trepar por enormes piedras. La alegría del encuentro fue tal que no hay palabras para describirlo. Aquí hicimos la foto de grupo.

Ya en el segundo tramo de subida tomamos la senda de las Cerradillas y llegamos hasta El Elefantito.

Espectacular lugar que llevó a más de uno a encaramarse hasta su pétrea trompa para obtener una bonita foto de recuerdo. De todas las formas que la naturaleza ha labrado por aquí, esta es una de sus mejores obras.

Deseosos por empezar a bajar, continuamos hasta alcanzar el Risco de los Martes y coger la senda Maeso. Íbamos con mucho cuidado, pues la arenilla hace que sea muy fácil resbalar y caer.

Pasamos por el Risco del Ofertorio, también llamado de las Mozas porque allí dejan ellas las piedras como ofrenda para que se cumplan sus deseos.

Avanzamos y vemos el simpático Caracol, al que ni los cuernecillos le faltan, con el Candelabro de fondo, otro referente de la siempre sorprendente Pedriza..

Un poco más abajo, en el Collado de Cueva, paramos a dar cuenta de los bocadillos, mientras disfrutábamos de unas excelentes vistas del embalse de Santillana, con nuestro carismático Cerro de San Pedro de fondo.

Tras el descanso y sin acercarnos a ver la Cueva del Ave María, continuamos el descenso por la Senda Maeso. Por aquí se inició otra controversia ¿Senda de Maeso o de la Rinconada? Carlos R. resuelve el entuerto con la explicación que nos da este enlace.

Enseguida llegamos al Collado del Alcornocal, donde unos pocos siguieron hacia Manzanares el Real, el resto descendimos hacia El Tranco, pasando por el Alcornoque del Ortigal o del Bandolero que guardaba aquí su botín en una cueva que hay detrás de él. 

Este anciano Quercus Suber de unos 500 años y 11 metros de altura, cuyas raíces se agarran desesperadamente a la roca para sobrevivir, es el protagonista en una ruta con pocos árboles.

Es cierto que quizá no nos hayamos fijado demasiado en ellos dada la profusión de flores e intrépidas cabras que vimos. Y es que todo el camino ha estado salpicado de margaritas blancas y amarillas, jaras, cantueso, tomillo, sabinas y otras mil plantas más. Y las cabritillas se dejaron ver a menudo y sólo se pusieron un poco nerviosas cuando vieron que Twitter se interesaba por ellas.

Vimos de cerca la inconfundible silueta de El Indio y al llegar a la Pradera del Tamboril tuvimos que detenernos de nuevo por dos motivos muy diferentes.

El primero, lo increíble de la estampa que formaba el manto de flores que cubría el suelo con los buitres que planeaban muy cerca de nosotros.

El segundo, lo inquietante que resulta ver tan cerca del Parque Natural las construcciones que se extienden desde el pueblo de Manzanares el Real. Hace poco oí a un filósofo decir que el sentido de la vida es simplemente “llevar el testigo para cederlo a las siguientes generaciones”. No estoy muy segura de que en este tiempo privilegiado que nos toca vivir estemos cumpliendo del todo con ese propósito.


Ya caminando casi en llano llegamos a El Tranco y yendo por la orilla izquierda del río Manzanares vemos dos sitios ya inexistentes, lo que fue el embalse de la Garganta, del que apenas queda rastro, y un poco más adelante, la explanada donde estuvo el Chiringuito de la Foca, desmontado hace poco más de un par de años, aquí más detalles.

Mirando hacia la roca con forma de foca, la gente se tomaba sus cervezas después del baño en el rio. Eso era antes de la resolución de 13 de julio de 2017 de la CAM, que sanciona con hasta 3.000€ si se te ocurre dejar tus gérmenes en el agua del rio y perturbar el Patrimonio Natural y la biodiversidad de tan increíble paraje.

Pronto alcanzamos el puente de madera que cruza el río Manzanares y llegar de nuevo al parking de Canto Cochino. Cervecitas en el pueblo de Manzanares para rematar un día perfecto.

Habiendo tenido como estrella protagonista, y fugaz a ratos, a Paco Cantos, y teniendo en cuenta lo espectacular del paisaje y lo satisfechos que todos hemos quedado con el esfuerzo realizado, no hay duda de que esta ruta se merece las 5 sicarias.

Y si ha quedado un poco larga la crónica, buscad como responsables a la grandiosidad y belleza de este incomparable entorno, que amamos y tememos en la misma medida. Y agradeced que no haya recogido ni la mitad de los nombres que entre todos habéis puesto “a mi alcance”. Pero si quieres más, visita este enlace o este otro.

¡Gracias a todos por tan fantástico día!
Mariola Prieto

miércoles, 15 de mayo de 2024

Excursión 780: Embalse de Pinilla y la Cachiporrilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Área recreativa de Hoya Encavera 
Final: Área recreativa de Hoya Encavera
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 20,7 Km 
Desnivel [+]: 564 m 
Desnivel [--]: 564 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 8

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
Ver esta ruta en Relive

RESUMEN
Como indicaba Antonio en su mensaje de convocatoria, en esta ocasión y de la mano de Carlos Revilla la propuesta era completar un recorrido circular de unos 18 km, que finalmente fueron 20,7km y con desnivel de 600 metros, que  se quedaron en 564.

Entre que es 15 de mayo, festivo local en Madrid Capital, que unos cuantos de los habituales regresaron el 14 del viaje a Albania y otros salían el día 16, “solo 8 valientes” nos dimos cita en el entorno del muro del embalse de Pinilla.

Está nublado pero la temperatura es ideal para un buen paseo por este entorno excepcional, que las últimas lluvias han cubierto de un manto verde, salpicado de los brillantes colores de las flores que no han faltado en todo el recorrido.

Nada más iniciar el recorrido, atravesamos un pequeño puente que permite superar el río Lozoya. Al otro lado ya encontramos el primer grupo de vacas que pastan libremente y que parecen desearnos un buen camino al pasar a su lado.

Tras recorrer un tramo asfaltado, de la carretera que se utiliza para el acceso al embalse de Pinilla, nos desviamos por un sendero a la izquierda que nos llevará por Hoya Encabera hasta la base del inicio de ascensión hasta La Cachiporrilla.

Por aquí, el camino se adivina fácilmente y aunque la vegetación ha crecido en todo el entorno, es fácil seguirlo.

Todo lo contrario de lo que ocurre al iniciar el ascenso: la senda ha desaparecido, cubierta por vegetación y tan solo un pequeño muro de piedra nos va a permitir guiarnos hasta que llegamos arriba.

Solo gracias al track que lleva Carlos en el GPS y la indicación de siempre mantener a nuestra derecha el muro de piedra, conseguimos ir avanzando sin pérdida. Las vistas según vamos subiendo, son espectaculares:

Dejamos atrás el valle, con el viaducto de la antigua línea férrea de Madrid a Burgos, una construcción que por su altura y ubicación parece desafiar el equilibrio.

Es una verdadera lástima que no se pueda dar un uso aunque sea turístico, ya que el práctico de facilitar el transporte ya no tiene sentido con las nuevas líneas de Alta Velocidad, que ha dejado obsoleto el antiguo trazado.

Los daños en los túneles de la línea hacen muy costosa su rehabilitación y hace tiempo que se descartó la recuperación como línea para un tren turístico.

Seguimos avanzando en sentido ascendente no sin dificultades para seguir la ruta adecuada, que en alguna ocasión nos obliga a desandar pequeños tramos para superar zonas con arbustos espesos por los que no podemos pasar.

Las flores por todo el recorrido son frecuentes: Peonías, Azulejo, Jacinto Silvestre, Retama, todas con sus plenos colores gracias a las últimas lluvias.

En este punto, Javier y Jorge se dan la vuelta para estar pronto de regreso, pero antes nos hacemos la foto de grupo.

El resto, según subimos conseguimos acceder a las vistas del embalse de Pinilla con la localidad de Pinilla del Valle, que llega con casas hasta el mismo borde del agua. El puerto de Navafría y los últimos retazos de nieve que queda en su entorno.

Las nubes amenazan lluvia durante todo el recorrido, pero nos respetan a lo largo del día. Al otro lado y también echando la vista atrás, alcanzamos a ver la localidad de Canencia, en la base del cerro de Mondalindo. En su entorno se puede completar una ruta denominada los Puentes Medievales de Canencia, que permite conocerlos a través de un cómodo recorrido. sus nombres son puente Canto, puente de las Cadenas y puente de Matafrailes.

Seguimos el camino ascendente manteniendo a la vista el muro de piedra y nos vemos obligados a superar, haciendo cierto ejercicio de equilibrio, otro muro perpendicular y que nos da acceso al entorno de La Cachiporrilla Baja con su caseta de vigilancia, que vemos abierta y ocupada por una persona del servicio forestal, al no ver vehículo alguno, pero si identificar un camino que parece practicable para vehículos, hacemos la suposición de que al inicio de la jornada se completa un recorrido para llevar a cada uno de los agentes a las diferentes construcciones de este tipo y que se les recoge al finalizar el día.

Tras dejar atrás la caseta de vigilancia y ya por un camino fácilmente identificable y “cómodo” para completar el ascenso, llegamos a La Cachiporrilla (1620m), nuestro objetivo. Encontramos el pedestal del punto geodésico y una construcción identificada como propiedad del Canal de Isabel II y que tiene elementos de una estación meteorológica y una antena para la comunicación de los datos recabados.

A partir de aquí, iniciamos el descenso, buscando un sitio resguardado del fuerte viento para poder hace una parada para comer. Atravesamos una gran zona verde y llegamos al collado del Portachuelo, con estupendas vistas a Peñalara.

En el camino encontramos un par de fuentes, en el entorno del arroyo del Hontanar, a las que se les ha habilitado una conducción para llenar unas antiguas bañeras que son utilizadas para facilitar el acceso al agua del ganado que se mueve por las parcelas valladas que nos vemos obligados a atravesar por puertas con carteles en los que se insiste en que se dejen cerradas tras nuestro paso.

La senda discurre en sentido descendente por la Portadilla, en continuo zig-zag y ya en una zona con árboles que nos protegen del aire nos sentamos a reponer fuerzas.

Justo antes de alcanzar este punto, Ángel decide desviarse para alcanzar una cima que, si bien parece estar cerca, presenta un nuevo desnivel respecto a La Cachiporrilla: el Cerro del Águila (1661m). 

Antes de que terminemos con el avituallamiento se incorpora, de nuevo con nosotros y ya juntos continuamos con el descenso en zig-zag.

En varias ocasiones nos planteamos “atajar” para recortar distancia, pero no nos atrevemos al no tener identificada una senda libre de árboles. Cruzamos el arroyo Malabarba, que un poco más abajo se une al arroyo del Hontanar.

Cuando llegamos a la cabecera del embalse de Pinilla, y ya cerca de Pinilla del Valle, Ana y Marcos deciden acercarse al pueblo para esperarnos allí. A partir de este punto nos restan unos 5 kilómetros hasta la zona en la que tenemos los coches.

Se trata de un recorrido plano y por un cómodo camino a lo largo del cual no dejamos de tener una valla metálica que protege fincas particulares a nuestra derecha, a nuestra izquierda el embalse que, gracias al viento, presenta un ligero oleaje que recuerda al del mar.

En este camino se encuentra el yacimiento del Valle de los Neandertales. Se trata de un conjunto que en la actualidad incluye siete yacimientos cársticos con cronologías que abarcan desde el último tercio del Pleistoceno Medio hasta mediados del Pleistoceno Superior (entre 300.000-40.000 años antes de la actualidad).

Estos yacimientos contienen registro tanto de los animales y plantas que vivieron en el Valle a lo largo de todo este tiempo, como de los seres humanos que eligieron las cuevas y abrigos como morada, y de las actividades que realizaron.

Dos especies son las protagonistas destacadas en este conjunto de yacimientos. Por un lado, el hombre de Neandertal, Homo neanderthalensis, y por otro, la hiena manchada, Crocuta crocuta

Ellos fueron los que originaron las concentraciones de restos de otras especies de vertebrados que se encuentran hoy en los yacimientos, al cazarlas y transportarlas a los abrigos y cuevas para consumirlas y finalmente abandonar en ellas sus despojos. Aquí más información sobre el yacimiento.

Continuamos por el cómodo camino, pasamos junto a un búnker y llegamos al puente sobre el río Lozoya que cruzamos esta mañana para a continuación alcanzar la zona en la que aparcamos los coches.

Allí nos esperan las vacas que ahora si parecen saludarnos y felicitarnos por lograr completar un recorrido que si bien no tenia grandes dificultades, los problemas para identificar el camino en el ascenso lo han hecho “interesante” y que califico con un 4 sobre 5.
Ricardo Fernández